¿Cuándo debo ir al dentista?
¿Cuándo debo ir al dentista? Esperar el dolor…
¿Cuándo debo ir al dentista? Esperar el dolor… Lo ideal es acudir una vez al año cuando no tengas ninguna molestia. Aunque a veces se recomienda cada 6 meses, depende lo que su odontólogo le recomiende. Pero siempre encontramos una buena excusa para aplazar la visita al dentista y es muy común que no estemos muy acostumbrados si nada nos molesta o duele.
Si acudes regularmente podemos prevenir la aparición de las enfermedades de la boca y es posible dar un tratamiento cuando recién aparecen y nos han causado relativamente pocos daños. Los tratamientos serán más sencillos y económicos si acudes a tiempo así no dejamos que se produzcan en nuestra boca daños de mayor consideración.
¿Quién no ha tenido de muelas alguna vez?
Los dolores de muelas son comunes, pero por frecuentemente pueden prevenirse con un buen cuidado de los dientes y de las encías. Conservar sanos los dientes, las encías y los huesos de la boca, requiere un cepillado disciplinar. Limpieza regular con hilo dental y una buena alimentación. Cepíllese los dientes 2 veces diariamente con pasta de dientes que contenga fluoruro. Limpie los huecos entre los dientes a diario, utilizando hilo dental o un cepillo interdental.
Dolor de muelas
A veces, podría apreciar dolor en los dientes cuando se toca un diente o cuando bebe o come alimentos calientes, fríos, amargos o dulces (dientes sensibles). La susceptibilidad leve puede ser causada por encías encogidas (retraídas) o por dientes desgastados. La sensibilidad moderada a grave puede representar que un diente se ha partido, que hay una caries dental o que un empaste se ha degenerado. Visitar a su odontólogo y lograr un procedimiento puede prevenir que el diente muera.
La procedencia más frecuente del dolor de muelas es la caries, sin embargo podría no apreciar dolor de muelas en las etapas tempranas de la caries. Otros motivos del dolor de muelas podrían ser:
- Una enfermedad en el diente o cerca de este (absceso). Es viable que haya un bulto rojizo, hinchado y con dolor agudo cerca de él o al lado de una parte adyacente al diente dolorido. El diente podría doler principalmente cuando usted muerde.
- Un diente que no ha salido a través de la encía (diente retenido). Las encías podrían verse rojas, hinchadas y doloridas. La zona de alrededor de este diente puede doler, latir y estar muy dolorida.
- Problemas en los nervios en el eje del diente (pulpa) o lesiones en estos, que pueden estar causados por una contusión en la cara o por rechinar o rozar los dientes.
¿Por qué hemos esperado hasta el último momento?
Permanece la falta de cultura de ir a reconocimiento con el odontólogo cada 6 meses entre la población, lo que detona otro ejemplo de situaciones que generan problemáticas más y más graves de salud en la boca.
Los dentistas reconocen que desafortunadamente la población que acude al especialista, lo hace porque inmediatamente tiene un dolor fuerte en sus dientes o muelas, alguna molestia. Porque ya no pueden masticar, no pueden dormir bien por la noche, e incluso porque quieren ver sus dientes más blancos. Pero es rara la ocasión que es por una revisión general para conocer en qué circunstancias está su boca.
Los profesionales en la consulta les inculcan a los pacientes que deben de pasar una revisión cada 6 meses, en la cual se les hace una limpieza, además de un vigilancia a su boca para poder confirmar que están en buen estado de salud.
¿Miedo al dentista?
La odontofobia, o pánico incomprensible a la imagen del especialista, afecta al 15% de la población, según la OMS. Este pavor no siempre tiene que ser por una experiencia mala previa –esto se da en un mínimo de los casos-, sino que habitualmente es por un temor infundado a concebir dolor. Es clave la cita con el dentista. Es trascendental atajar los problemas rápido para no tener a posteriori patologías mayores como las que indican los expertos. Problemas como el cáncer bucal llega a matar a 500 personas más al año que los accidentes de tráfico o una mala salud bucodental provoca una altísima ausencia escolar y profesional.
Estos son algunos de los ejemplos para insistir en la importancia de la visita al odontólogo:
- Una mala práctica previa: En realidad, esto se produce en una mínima parte de los casos. Si has tenido alguna mala experiencia en el pasado, cambia de odontólogo y cuando pidas cita con un nuevo dentista explícale las circunstancias y valora con él la oportunidad de tener previamente un intercambio de impresiones en el que tú puedas transmitirle qué te da miedo y así poder asegurarte de que lo entiende y asume este escenario como parte del procedimiento. La salud de tus dientes y tu salud en general merecen que el especialista te escuche y conozca tus temores.
- Pánico al dolor: Forma parte de la «leyenda urbana» del dentista como «sacamuelas» de los siglos XIX y XX. En el época presente se apuesta por la odontología preventiva: que trata de proceder antes de que sea forzoso un tratamiento.
- El control odontológico periódico no duele. No se debe renunciar a asistir a la cita cada 6 meses por temor a que nos hagan daño. En esta cita el profesional comprueba el momento de nuestros dientes y encías y detectan patologías (caries, enfermedad periodontal, …) en su etapa inicial. Esto nos permite tratar los problemas de manera poco invasiva.
¿Cuándo debo ir al dentista?
- El método, en general, tampoco duele. Actualmente contamos con medios suficientes para hablar de odontología sin sufrimiento: la tecnología láser nos permite tratar prácticamente todo tipo de dolencias sin tener que poner anestesia y sin malestar, ni molestias para el paciente. Gracias al láser, podemos trabajar sin calentar y, por consiguiente, sin transferir sensibilidad al área del diente. Este novedoso procedimiento sustituye al bisturí, la fresa y la turbina, 3 elementos que causan fobia al paciente puesto que suelen asociarlos a dolor local.
- Ansiedad: La angustia que genera el miedo a lo desconocido y la desconfianza a que alguien hurgue en algo personal nuestro, como la boca, con instrumentos y aparentemente fuera de nuestro control, actualmente es manejable gracias a la sedación consciente, que nos permite tranquilizar al paciente de modo que se mantiene consciente y colabora con nosotros en el procedimiento.
- Pánico al pinchazo: Si fuera ineludible acudir a un anestésico, los odontólogos contamos en la actualidad con formación específica para conseguir administrarlos sin causar molestia. Justamente el propósito del anestésico es obviar el dolor.
Hoy en día hay muchísimos avances y tecnología para que el tratamiento dental no sea doloroso ni molesto. Cada día, en los equipos dentales, el material e instrumental que utiliza el dentista son más cómodos y seguros para el paciente.
¡No hay excusas! ¡No esperes al dolor, ven a tus revisiones y cuida tu boca!