FALSOS MITOS DE LAS PROTESIS DENTALES
Falsos mitos de las prótesis dentales
Las prótesis, así como los implantes dentales, permiten a muchos pacientes recuperar la estética de su boca y, sobre todo, su salud tras haber perdido una o más piezas de su dentadura. Sin embargo, la falta de información que rodea a este tema propicia la aparición de mitos que pueden provocar confusión a aquellos que se planteen optar por esta solución. Por ello, es importante conocer cuál es la verdad sobre ellos.
1. Sólo las personas mayores pueden usarlas. Las dentaduras postizas pueden ser utilizarlas por todas las personas que hayan concluido su desarrollo óseo. La edad a la que se calcula que esto ocurre son los 18 años, por lo que a partir de ella no existe ningún tipo de límite en este sentido.
De hecho, los problemas ocasionados por fracturas o traumatismos dentales graves que implican la pérdida de una o varias piezas pueden ocurrirnos a cualquier edad, no sólo en la vejez, por lo que las prótesis son una solución, a partir de la mayoría de edad, que debemos tener en cuenta.
2. Impiden comer y hablar con normalidad. Utilizar una prótesis dental no implica que haya que dejar de comer ningún alimento ni, en la mayoría de los casos, hacerlo de forma diferente a como ocurre con normalidad. Pero sí que es cierto que los odontólogos advierten que morder ciertos alimentos con los dientes frontales puede causar dolor.
Por otro lado, en cuanto al habla, puede ocurrir que sea necesario practicar la pronunciación de algunas palabras durante los primeros días o las primeras semanas de uso de la dentadura. Sin embargo, tanto la capacidad para comer alimentos difíciles de masticar como parar pronunciar las palabras menos sencillas volverá aumentará con la práctica y el tiempo.
3. Tener el hueso de la mandíbula de gran tamaño es imprescindible. No existen dos prótesis dentales iguales porque nunca se generan a partir de un molde común. Se crean partiendo de las medidas tomadas de una impresión de la mandíbula y la boca.
Por ello, no resulta indispensable que la persona a la que se la vaya a realizar el implante tenga un hueso maxilar lo suficientemente amplio, tanto en altura como en anchura. Además, al ajustarse a cada paciente, no causará un cambio en su apariencia.
4. Puede desarrollar rechazo por parte del cuerpo y provocar enfermedades. El material que se utiliza para el desarrollo de este tipo de implantes es el titanio y es biocompatible. Esto quiere decir que los tejidos del organismo humano lo toleran sin provocar reacciones alérgicas del sistema inmunitario ni rechazo por parte del paciente. Lo que sí podría ocurrir es que la osteointegración, es decir, la conexión directa entre el hueso y la superficie del implante, no sea la adecuada.
5. Son para toda la vida. Las prótesis dentales tienen una duración muy prolongada, pero no son indestructibles. Hay que cuidarlas tanto como a los dientes, ya que su mal uso y una limpieza inadecuada puede empeorar su apariencia y alterar el ajuste.
Mantener una correcta higiene bucodental puede evitar enfermedades como la mucositis, que provoca inflamaciones en los tejidos. El paciente debe cuidar su boca y, con ella, sus implantes y visitar periódicamente a su especialista.